jueves, 11 de diciembre de 2008

Yo y mi nuevo apartamento

El final de semestre siempre es intenso, impredecible y agotador. Hoy me he tomado una pequeña pausa para saciar mi necesidad de teclear por un rato mi nueva Mac Book Pro con Final Cut Pro 6, y Final Cut Studio 2 recien instalados. Sobre la mesa, una taza con cereal va llenando poco a poco mi hambriento estómago, y una manta azul celeste me empieza a quitar el frío, a falta de tus manos calienticas que hacen que me sienta a salvo, hasta de frío.

Como decía, el final de semestre es como una inyección de adrenalina con mucha cafeína. Durante dos semanas ya estoy programada para no dormir, comer cuando me acuerde, acumular ropa sucia, convivir con mis grandes ojeras y gastar el doble o triple de dinero en el caro café de Starbucks. Sin embargo, este final de semestre ha sido, sin duda, diferente a los demás, porque entre otras cosas, tengo una Mac y escribo este post desde un nuevo apartamento.

Cuando llegué a San Francisco hace un año y medio, pensé que viviría siempre, o al menos los tres años que dura mi Master, en el mismo apartamento, pero no, me pelé. Uno nunca sabe cuándo se va a encontrar con algún vecino desquiciado, desequilibrado, temperamental y violento que no entiende que si en este país las construcciones fueran de concreto, uno no viviría escuchando las pisadas de los demás.

Pues a mí me tocó lidiar con semejante ser. Un hombre que me fregó la vida por cuatro meses. Caminar de puntillas en un apartamento por el cual pagas muchos, muchos dólares, no es la forma más ideal de vivir. Varias veces reconoció que había actuado de forma violenta e irracional, y lo mejor que pudo decir fue: "I'm sorry, I'm Puertorican". What the hell???!!! Después nos preguntamos porqué a los latinos nos meten todos en un mismo saco.

El hecho es que estoy en un lugar mucho mejor, nuevo, bellísimo y con un gran gimnasio a mi entera disposición y no tener así ninguna excusa para el sedentarismo. Me encanta mi nuevo apartamento, es perfecto para dormir los domingos hasta la una de la tarde, es perfecto para estar en pijama todo el día navegando por internet, es perfecto para desarrollar guiones, también es perfecto para estudiar cada centímetro de mi cuerpo, pues tiene dos grandes espejos. Es perfecto para comer cereal en las noches, cubriéndome con una manta que me da calor, mientras escribo en mi computadora y escucho soundtracks de mis películas favoritas.

Peligros de vivir en mi nuevo apartamento:

1. El estacionamiento es muy grande. Todo es muy grande. Sé que pronto me voy a perder.
2. El Bart queda sumamente cerca, así que camino todos los días hasta la estación. Para llegar a mi estación debo atravesar un atractivo, imponente y tentador centro comercial con Forever 21, Sephora y Victoria´s Secret incluídos. Peligro...

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