miércoles, 24 de marzo de 2010

Si sigo escuchando noticias e historias de hombres montando cachos, voy a empezar a matar

jueves, 18 de marzo de 2010

Today someone asked me:

What would you have been if you weren't a film director?

And the answer is: a show detective.

sábado, 13 de marzo de 2010

They're mine and they're FABULOUS.

Hace pocas semanas, aún estando en Venezuela, aún despertando con la sensación de ser un personaje de Buñuel, un contacto con la realidad me hizo abrir los ojos, y vaya que los abrí.

Siempre que voy a Venezuela aprovecho para ir a todos mis doctores y hacerme todos los chequeos. El que vive en Venezuela y sólo me ve cuando voy para allá, dirá que soy una hipocondríaca, pero a esos panas los invito a venirse a vivir a los Estados Unidos, en donde tener seguro médico es un lujo que no cuesta menos de $2.000 al año por persona y con ciertas restricciones.

El punto es que después de mi boda y mi increíble luna de miel, aún me quedaban unos días para hacer las respectivas rondas médicas. Obviamente fui al ginecólogo, cosa que hago religiosamente todos los años. Recordé un artículo que leí hace tiempo que decía que las mujeres menores de 30 años deben hacerse un eco mamario anual, como parte de sus chequeos. Eso lo leí y lo olvidé por un tiempo. Luego se lo mencioné a un doctor que me dijo que me olvidara de eso, que no tenía sentido, que yo era muy joven para estarme haciendo incluso un eco mamario. Pero yo, porque soy como soy, me quedé con la idea de hacérmelo. Así que esta vez le dije a la doctora que me ordenara el estudio, porque yo me lo quería hacer.

Llegué pocos días después a la clínica, lista para hacerme mi eco de mamas. Estaba super tranquila y relajada. Me empezaron a examinar las mamas y le dije a la doctora que de vez en cuando sentía algunas molestias del lado izquierdo. "Aquí no tienes nada", me dijo. "Tu mama izquierda está perfecta" "Que bueno" dije. "Pero aquí sí hay algo", me dijo cuando examinaba el lado derecho. "Ah... Qué?!" Me dijo que había una formación, que era pequeña y que se veía bien definida. "No tiene aspecto de ser nada malo. En tu familia hay antecedentes de cáncer?" Le dije que sí. "Vamos a hacerte una mamografía" Ahí me empecé a asustar.

Inmediatamente entré a la sala donde una chica me indicó cómo tenía que pararme y cómo colocar los brazos, para que la máquina estripara mi seno. Fue un poco incómodo, pero yo sólo quería que me hicieran el estudio. "Dale, no me importa cuánto duela" En realidad la mamografía no duele. A los pocos minutos salió la doctora que me hizo el eco y me dijo que la mamografía había confirmado lo que había salido en el eco, y que había que hacerme una biopsia. Ok, ahí sí me asuste. Yo había llegado ahí a hacerme mi eco porque insistí para que así fuera, y terminé esperando a que me llamaran para hacerme una biopsia.

Afortunadamente me la hicieron ese mismo día. Pasé, muy nerviosa al mismo lugar donde me hicieron el eco. Me quité todo. "Tengo miedo", le dije a la doctora. "Tranquila, mi amor", dijo ella. "Vas a tocer duro cuando yo te diga", me indicó. "Ahora, toce" Y en ese momento me puso la anestesia. No me dolió. Inmediatamente dejé de sentir y ella empezó a trabajar. Con una mano me volvía a hacer el eco y con la otra metía la aguja. Se guiaba por el monitor para introducir la aguja en el lugar correcto. "Esta aguja no sirve, no la puedo meter, tienes el tejido mamario muy duro. Pásame una aguja más gruesa", le dijo a su asistente. "Gasa", decía. "Más gasa", repitió. "No vale, más, dame más gasa" "Doctora, estoy sangrando mucho?", le pregunté. "No, mi amor", me respondió. Claro, eso era lo que me tenía que decir. Pero yo, en un momento y sin querer, vi sus guantes llenos de sangre. No me importó. Yo sólo sentía una presión en el pecho, una fuerte manipulación. Y cuando por fin logró meter la aguja, me dijo: "Ok, voy a tomar una muestra, vas a sentir como si tuvieras una engrapadora en el pecho, no te va a doler, sólo vas a sentir más presión" "Ok", le dije. Y tomó la muestra. Así tomó diez muestras más. Cada vez que tomaba una muestra, tenía que sacar la aguja y volverla a meter. Pero gracias a Dios yo nunca llegué a sentir dolor.

La doctora terminó de tomar las muestras, me limpió y me cubrió el seno. "No te bañes por dos días, no manejes y evita hacer fuerza y cargar cosas pesadas con el brazo derecho", me dijo. "Cualquier cosa que necesites, aquí tienes mi celular, me llamas. Pero no deberías tener ningún problema" Le di las gracias muy efusivas por haberme atendido tan bien y por haberme hecho el eco, la mamografía y la biopsia el mismo día. Me fui a casa con mi esposo y mi mamá.

Pasaron los días y yo necesitaba saber el resultado porque de ello dependería si me regresaba o no a los Estados Unidos. Todos me decían que todo iba a salir bien, y yo lo pensaba también, pero en el fondo tenía susto. No quería pensar mucho, ni imaginarme nada, sólo quería saber el resultado. El día de la entrega del resultaba yo quitaba el arbolito de navidad con mi mamá y en la tarde tenía que ir a la playa a grabar un video musical para mi papá. Sin embargo, de vez en cuando me acordaba de lo del resultado y me entraba un frío en el estómago. Mi esposo y mi tía fueron a buscar el resultado. Yo los llamé cuando ya habían llegado a la clínica. Estaban abriendo el sobre al momento de mi llamada. Sentía mi corazón latiendo con mucha fuerza. Me empezaron a leer el resultado y la conclusión fue: formación libre de malignidad.

Mi mamá me abrazó. Yo respiré. Di gracias.

Mujeres, todas: háganse un eco mamario como parte de su chequeo ginecológico. Siempre. No importa si el médico les dice que no. A mí mi doctor me dijo que eso no era necesario a esta edad. Y ya ven. Menos mal que insistí en hacérmelo y que pude tener una confirmación rápida de que lo que tenía no era maligno.

Ahora, después de algunas semanas, pienso que mis senos no serán del tamaño que quisiera, no llenarán un sostén de la talla que me gustaría, pero son míos y son fabulosos. Y siempre que estén saludables van a ser perfectos.

jueves, 4 de marzo de 2010

Two months later...

Después de una increíble luna de miel, he vuelto.