lunes, 2 de junio de 2008

I HEART NEW YORK

Tengo mi blog un tanto abandonado. Las últimas cuatro semanas han sido bien movidas. Llegué de San Francisco a Caracas para permanecer aquí dos días y agarrar otro avión rumbo a New York. Lo sé, es un poco absurdo venir a Venezuela y volver a salir a los dos días, pero por motivos de pasajes comprados con fechas de regreso incambiables, tuvo que ser así.

Ahora estoy de regreso en Caracas, por segunda vez en menos de 3 semanas, y la verdad es que no quería venir, no quería llegar, quería quedarme a vivir en New York con mi novio, yo haciendo películas para Robert de Niro, y él conduciendo un late show, saliendo a comer a las 2 am si nos da la gana, caminando por la calle a la hora que nos de la gana...En fin, once días fue muy poquito, a pesar de que tratamos de aprovechar el tiempo al máximo, nos quedaron un montón de cosas por hacer y lugares que visitar, pero eso no es malo. Fuimos todas las veces que pudimos a Manhattan, caminamos la ciudad, vimos una obra en Broadway, fuimos a una super fiesta, fuimos a Central Park, a Six Flags, en donde el pánico de caer al vacío nos hizo gritar, tomamos cientos de fotos, comimos cosas engordantes, dormimos a horas extrañas, fuimos al Museo de Historia Natural, quisimos ir a una grabación del show de Conan O´brien, pero el programa estaba grabado por la semana, y en su lugar vimos la grabación de The Today Show, nos mojamos bajo la lluvia, nos perdimos en el Subway (aunque él dice que estábamos ubicados), tomamos mucho café de Starbucks, en fin...ninguno se quería regresar.

Es muy distinto vivir en los Estados Unidos y estar de vacaciones en los Estados Unidos. Yo pensaba que eso que uno siente cuando está de vacaciones, yo no lo sentiría más, pero no fue así. Yo estaba de vacaciones y me sentía de vacaciones. Lo único bueno de regresarme de New York fue que no tuve que despedirme de mi novio, porque lo que pasa generalmente es que se acaban unas vacaciones y viene la triste y amarga despedida, pero esta vez no fue así, nos subimos juntos al avión, comimos esa comida diminuta que parece de plástico que te dan en los aviones, vimos una película en la computadora, yo me dormí super cómoda, apoyadísima en él y yo sé que él se sentía un pelín incómodo, pero no me dijo nada con tal de que yo descansara. En fin, fue nuestro primer avión juntos, nuestras primeras vacaciones juntos y fue espectacular. No quería regresar. Pero regresé, y estaré en la caótica Caracas por un buen tiempo.

Por cierto, por meses estuve antojadísima de comerme un pabellón, pero por meses. En cuanto llegué a Caracas, lo hice, me lo comí. Qué significa cuando estás antojadísimo por comerte un plato de tu tierra natal y cuando finalmente lo haces te destruye el estómago?

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