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Recuerdo la primera vez que me depilé. Tenía 13 años. Mi mamá tomó el control de la situación en sus manos, ayudada por Carla y Danish, mis primas, y por Pedro Carlo, mi primo.
- Mami, duele?
- Un poquito nada más, Tanyta.
“Un poquito nada más” se tradujo en que cada una de mis primas tuvo que agarrarme una pierna, y mi primo, ambos brazos.
Hoy a mis 26 puedo decir, y me jacto al hacerlo, que soy una veterana de la depilación. Cuando me depilan en una peluquería me quedo dormida, y en algún momento me tienen que decir: “epa, despiértate, da la vuelta”.
Y es que a medida que pasa el tiempo parece que queremos deshacernos más de los pelos. Les tenemos como rabia. Molestan, fomentan el mal olor y afean. A veces pienso que los seres humanos sólo deberíamos tener cabello, cejas y pestañas.
Hace pocas semanas estaba haciéndome una sesión intensiva de depilación, y la mujer a cargo era sencillamente una loca, desquiciada, que sin decirme nada ni pedirme permiso me puso cera en un lugar nunca antes visitado. Casi sin darme cuenta yo tenía cera caliente dentro de mi nariz...si, así mismo, dentro de mis dos fosas nasales reposaba la espesa cera, que pocos segundos después debía ser arrancada.
Me sentí...violada. Así, sin decirme nada, sin preguntarme si estaba de acuerdo.
- Pero, señora, qué hace????
- Ay, mamita, lo que pasa es que así respiras mejor.
Así respiro mejor????????? Desgraciada!!!!!!!!!!!!!
Pues nada, ya el mal estaba hecho. Respiré profundo, cerré los ojos y ya...rápido y con dolor.
Antes de este incidente pensaba que el depilado brasilero era lo más arriesgado en materia de depilación. Pero créanme que lo de la nariz le ganó. Sin embargo, yo sigo preguntándome: quién puso de moda esto de que las mujeres tenemos que quedar como que si fuéramos unas bebés? ¿Por qué lo seguimos haciendo? En fin... Recuerdo a una buena amiga que una vez me dijo: “chama, ten cuidado con el brasilero, en serio, si te vas a ir por ahí, ten cuidado, el brasilero te enloquece, y luego, al día siguiente, no recuerdas nada de lo que hiciste” Yo hoy aún le agradezco a mi amiga por su consejo.
Recientemente escuché algo que jamás pensé iba a escuchar. The brazilian style no es solo para mujeres. Los hombres también lo llevan...WOW!
La misma señora loca que me puso cera en la nariz, me contó que un día llegó un hombre a depilarse y ella pensó que se depilaría el pecho o quizás las axilas. Pero se llevó una sorpresa cuando el hombre se quitó los interiores y le dijo: “empiece, quíteme todo, no quiero ni un pelo”
Vaya...eso merece cierto respeto de mi parte. Que un hombre se someta a eso es respetable.
Pero para mí hay algo más honorable que ir a una peluquería para salir como un bebé, y es comprar un kit casero de cera, meterla por 4 minutos en el microondas, poner algo de música y acabar con todo sin ayuda de nadie.
That´s courage.